El empresario regiomontano Gilberto Lozano busca salvar a Nuevo León de lo que él llama “la terrible amenaza del cáncer comunista”.

Gilberto Lozano, exlíder de Frena, el grupo que alguna vez se opuso con toda su fuerza a su némesis López Obrador, ha decidido que ya es hora de que Nuevo León deje de ser parte de esa “pesada federación” y que se convierta en la gloriosa “Regia República de Nuevo León”.

Lozano está convencido de que un referéndum hará que el 72% de los regiomontanos escojan la independencia, porque, después de todo, ¿quién querría seguir cargando con el terrible lastre de un país que no reconoce la brillantez industrial de su estado?

El 72% ya está listo, según él, para cortar cualquier lazo con esa “dictadura que Morena impone”. Se refiere a su nueva némesis, Claudia Sheinbaum, como el nuevo rostro del “comunismo tropical”.

Con todo y su plan separatista, Lozano insiste en la vieja denuncia de los regios de que Nuevo León produce millones, pero solo recibe centavitos del gobierno federal. “Por cada peso que producimos, nos devuelven migajas” exclama, sin olvidarse de mencionar cómo su anterior lucha contra López Obrador sacó a protestar a “miles de autos” y personas a las calles.

Y ahora, con Sheinbaum en el poder, Lozano asegura que el apocalipsis comunista es inevitable. “Todo está perdido”, dice dramáticamente. ¿El INE? Bajo control de Morena. ¿El Congreso? Igual. ¿El Poder Judicial?

Si bien las excentricidades de Lozano no son del todo plausibles, es, irónicamente, el primero que propone algo concreto para rescatar el espíritu republicano del país.