El mes de julio del año pasado, REUTERS presento un reportaje donde contesta todas las supuestas “dudas” del oficialismo, presentadas en la mañanera de hoy, sobre el reportaje del NYT.

Ciudad de México.- Empecemos por los precursores, son sustancias químicas que contienen un anillo de piperidina, esenciales para fabricar precursores inmediatosutilizados en la producción de diversos bienes legales como fragancias, plásticos, pesticidas y medicamentos vitales (como tratamientos contra el cáncer y la malaria). Sin embargo, esta versatilidad complica su regulación, ya que también pueden ser aprovechados por fabricantes ilícitos de fentanilo para eludir las restricciones legales mediante la sustitución de químicos regulados por alternativas.

Los productores ilícitos de fentanilo cuentan con ventajas significativas. Su cadena de suministro es sencilla, obteniendo los químicos necesarios a través de envíos postales desde China, en paquetes disfrazados con etiquetas falsas que los catalogan como productos legales. Dado que el fentanilo requiere dosis mínimas para producir enormes cantidades de píldoras, estos químicos son fáciles de ocultar y transportar, lo que dificulta a las autoridades identificar envíos sospechosos entre millones de paquetes diarios.

En México, especialmente en Sinaloa, los carteles producen fentanilo en laboratorios improvisados, ubicados tanto en áreas rurales como urbanas. Un productor describió el proceso como algo tan sencillo como “hacer sopa de pollo”, utilizando recetas que se transmiten de manera secreta y aprovechando químicos obtenidos de intermediarios locales. Aunque históricamente Sinaloa lidera esta producción, otros estados mexicanos han ingresado al mercado ilícito.

El método más común para sintetizar fentanilo ilícito es el conocido como “método Gupta”, desarrollado originalmente para usos médicos. Este proceso, simple y rápido, no requiere equipo especializado, lo que facilita su adopción por productores callejeros. Además, permite la creación de numerosos análogos de fentanilo, incrementando el desafío para las autoridades en su lucha contra el tráfico de estas sustancias.

La facilidad para fabricar fentanilo y la versatilidad de los precursores químicosplantean un grave problema para las autoridades. Con paquetes disfrazados como bienes de consumo y laboratorios que pueden operar casi en cualquier lugar, identificar y desmantelar estas operaciones se vuelve un desafío logístico y regulatorio, agravado por la enorme potencia del fentanilo y el volumen reducido de químicos necesarios para su producción masiva.

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